Para mi haber sido parte del encuentro fue un regalo al alma. Me sentí acompañada, parte de una tribu mayor que siempre ha estado y siempre estará ahí, pero que gracias a ese espacio, en ese momento perfecto, pude experimentar en carne propia para seguir recordando en cada paso que de hacia delante que somos todas una.

Para mi fue recuperar nuestros espacios de contención y transmisión de conocimientos, y así cocrear las nuevas maneras de relacionarnos. Alrededor del fuego vernos y reconocernos y conservar técnicas ancestrales, en este caso el quehacer y la magia de los tambores. Fue encontrarme con mujeres y recordar que la hermandad entre nosotras puede ser posible si seguimos levantando estos espacios de crecimiento y amor, donde todas somos queridas y respetadas.

Este retiro a venido a coronar de manera hermosa lo que ha sido enfrentarse a diferentes capas de mi ser y a seguir reconectando desde diferentes espacios y vivencias con la sabiduría que habita dentro de mi y que también habita en cada ser. Agradezco cada minuto de esta experiencia y el compartir el viaje circulando entre mujeres en un espacio que envuelve con una energía sanadora, en donde la naturaleza se hace presente y poderosa todo el tiempo. Tengo ahora a mi compañero Tambor que me recuerda que conectar con el corazón y con lo salvaje dentro mío es la clave para volver a mi las veces que sea necesario, que soltar y dejar morir es parte del flujo de la vida que se abre ante mi más liviana cada vez que logro desapegarme de la imagen que he creado de mi misma.

Para mi hacer el tambor fue la creación más linda y poderosa que hecho con mis manos. Aprender a fabricar mi propio tambor junto a las sabias maca y cami fue un regalo del universo y que llegó en el momento Perfecto para cerrar este año que ha sido tan power.. ahora tengo a mi compañero tambor, encarnado por un espíritu maravilloso,que me cuida y sana cada vez que lo toco. La experiencia de compartir con mujeres tan bellas en ese lugar mágico hizo que el retiro fuera muy sanador y sagrado. Gracias por darnos la oportunidad de aprender estos saberes ancestrales y traerlos a estos tiempos donde se hacen tan necesarios. Que el canto y el pulso del corazón de la tierra y del tambor nunca paren!

Para mi este retiro fue un viaje hacia adentro, como un anclaje a mi centro, un recordatorio de quien soy, que hago aquí y de lo escencial que es compartir en círculo con mujeres, hablar, reír, llorar, escucharnos, sentirnos y vernos. La posibilidad de abrirnos y sacar afuera muchas cosas que en el día a día guardamos y tratamos de no sentirlas para seguir caminando firmes, pero realmente la vulnerabilidad y abrirnos a las otras sana el alma. Una experiencia de alta energía vibratoria, pude sentirlo en mi corazón, en mi cuerpo y sobre todo los días después del taller, hasta ahora puedo sentirlo. El gran poder del rezo frente al fuego y la conexión de las patitas en la tierra hicieron recordar una vez más que la magia de la vida está en todo.

Fueron unos días inesperados, de mucho sentir, de conectar con la sabiduría, propósito, magia, de lo femenino, de los tambores. En ese proceso, durante esos días y hasta hoy, ir removiendo mis incomodidades, inseguridades, miedos y conectando con mi esencia, con la magia que siento dentro de mí, que está en cada una de las mujeres, que somos todas un reflejo de la otra en distintos matices. Días de conectar con los rezos y su poder, honrar a lo que nos rodea y lo que tenemos dentro, de sentir como todas las energías están conectadas, de compartir desde el corazón con mujeres poderosísimas e inspiradoras y sentir ese poder que tenemos al unirnos en un canto, una conversación, una risa, un llanto. Las llevo en mi corazón y a mi tambor cargado de todo el amor, poder, magia de cada una para elevar siempre juntas nuestros rezos <3